Historia de Chile

Friday, December 01, 2006



Gobiernos


Los gobiernos que rigieron a Chile en esta época fueron numerosos, pero debido a la poca importancia de algunos de ellos, solo se mencionan algunos:


Gobierno de Ramón Freire


Luego de la abdicación de O'Higgins, el 28 de enero de 1823, una Junta de Gobierno administra el país, la cual decide entregar el poder al general Ramón Freire, bajo el cargo de Director Supremo, ya que el cargo de presidente no se crearía hasta 1826. Aunque este es poseedor del respeto de las tropas chilenas, carece de dotes de gobernante, por ellos se va a hacer asesorar por un joven brillante: Mariano Egaña.
Su gobierno estuvo marcado por el desorden institucional y de las arcas fiscales, que conllevo a la necesidad de embargar los bienes del clero y a postergar el pago de la deuda externa (Empréstito de Londres). A pesar de esto, el dinero no fue suficiente para pagar los sueldos al ejército, el cual se sublevó en numerosas ocasiones.
Fue necesario ceder el estanco de tabaco a la firma Portales y Cea (1824), con el fin de que esta cancelara la deuda externa. El trato fracasó luego de dos años. Aun así, Freire realiza obras humanitarias, como la Abolición Definitiva de la Esclavitud', gestionado por don José Miguel Infante.
Durante este periodo llegó a Chile la Misión Muzzi, obra de la Iglesia Católica para solucionar las diferencias entre el Estado y la Iglesia, la cual fue un completo fracaso. Finalmente, después de una expedición fallida en 1824, Ramón Freire termina la independencia territorial de Chile con la incorporación de Chiloé en las batallas de Pudeto y Bellavista (enero de 1826). En abril de 1826 renunció al cargo de presidente de Chile, favoreciendo a su sucesor, Manuel Blanco Encalada.


Gobierno de Manuel Blanco Encalada
Manuel Blanco Encalada asumió el 9 de abril de 1826, al renunciar Freire, pese a haber nacido en Buenos Aires, Argentina. Bajo su gobierno se aprueban una serie de leyes que inician la practica del sistema federal en Chile. Gracias a esto Manuel Blanco Encalada se convierte en el primer Presidente de la República que ejerció aquel título. Gobernó hasta el 9 de septiembre de aquel año.

Gobierno de Agustín Eyzaguirre


Agustín Eyzaguirre asumió la primera magistratura ante la renuncia de su antecesor, gobernando en calidad de interino, hasta el 25 de enero de 1827. Su gobierno estuvo caracterizado por la inestabilidad producida por el desarrollo del sistema federal. Este produjo una constante pugna entre las provincias y reiterados motines al momento de realizarse las elecciones.
En enero de 1827 se produce el golpe definitivo al sistema federal y a su gobierno, ya que un golpe de estado dirigido por el General Campino lo destituye y se toma preso a los integrantes del Congreso Nacional. Diego Portales, que estaba preso junto con los parlamentarios, logra convencer al General Maruri de iniciar la contrarrevolución que instaura en el poder, nuevamente al general Freire, solo por cinco meses.

Gobierno de Francisco Antonio Pinto


Luego de la renuncia de Freire, Pinto, quién era Vicepresidente asume la conducción del Estado. Apoyado por la coalición pipiola - federal, suspende la constitución vigente, por lo que la coalición se divide.
Bajo su gobierno se redacta la Constitución de 1828.
Convocadas las elecciones generales en 1829, estas lo confirman en la Presidencia de la República, pero al momento de elegir Vicepresidente, los fraudes electorales y los abusos del Congreso Nacional conllevan al inicio de la Revolución de 1829.

Últimos gobiernos del período


Pinto decide renunciar, con el fin de evitar el desenlace esperado de la revolución, pero ya es tarde. Asume la presidencia Francisco Ramón Vicuña, el cual intenta hacer lo mismo que su predecesor, aunque los hechos lo obligan a renunciar. Finalmente asume Francisco Ruiz-Tagle Portales, el cual es presionado por el bando estanquero a renunciar. Es en estos momentos cuando el vicepresidente José Tomás Ovalle asume el mando del país, nombrando a Diego Portales (jefe del bando estanquero) como Ministro Plenipotenciario.
Al final de la revolución, el Presidente Ovalle fallece, sucediéndole su vicepresidente, Fernando Errázuriz Aldunate. Por último, este convoca a elecciones, donde se postulan Pinto y el general triunfador de la revolución José Joaquín Prieto. Este último gana las elecciones por una mayoría abrumadora, dando inicio al periodo de la República Conservadora.

Bandos Políticos


Pelucones: Bando formado principalmente por la aristocracia castellano-vasca santiaguina, buscaban una administración centralizada, autoritaria, regida por organismos colegiados (juntas o congresos). Eran de carácter conservador y eran muy apegados a la iglesia. Se dice que buscaban el remplazo de la autoridad real en forma muy simple.
Pipiolos: De carácter liberal, buscan la prioridad de los derechos y libertades humanos, la instauración apresurada de un sistema democrático, creyendo que las leyes moldean a una nación. Eran principalmente hijos cultos de los aristocratas, estos serán conocidos como ideólogos. Estaban profundamente influenciados por los ideales de la Revolución Francesa, y buscaban cambios fundamentales que significasen la independencia total y definitiva de España. Uno de sus principales representantes fue Ramón Freire Serrano.
Federales: Son liberales radicalizados basados en el gran desarrollo de Estados Unidos. Están liderados por José Miguel Infante y buscan la implantación del sistema federal en Chile, el cual se materializó durante el gobierno presidencial de Manuel Blanco Encalada, en 1826.
Estanqueros: Buscan la instauración de un gobierno autoritario, centralizado, impersonal y provisional, donde el Estado respete y sea respetado, modelo de virtud y educación cívica. Donde predomine la Presidencia de la República, con el fin de preparar a Chile para una futura democracia plena. Eran liderados por Diego Portales.
O'Higginistas: Generalmente aristócratas de Concepción, oficiales militares y amigos personales del libertador y antiguo Director Supremo, don Bernardo O'Higgins. Veían como única solución a los problemas del país el regreso de éste de su exilio en Perú después de su abdicación en enero de 1823. Uno de sus principales representantes fue José Joaquín Prieto, general de Concepción quien, al tomar el poder luego de la Batalla de Lircay en 1830 y asumir la Presidencia de la República en 1831, no permitió a O'Higgins volver a Chile.




Restauración Absolutista


El virrey Abascal confirmó a Mariano Osorio como gobernador de Chile; sin embargo, en 1815 una pendencia entre Osorio y Abascal llevaría a la remoción del primero, siendo nombrado como gobernador Casimiró Marcó del Pont. Sin embargo, los españoles se creyeron en la necesidad de imponer un buen escarmiento a los patriotas, por lo que comenzó una feroz persecución policial a cargo de los talaveras, comandados por el fiero San Bruno. Los patriotas encontrados en Santiago fueron simplemente exiliados al archipiélago Juan Fernández, entre ellos varios miembros de la Junta de 1810. Lejos de tranquilizarse, los patriotas se exacerbaron, e incluso hasta los más moderados decidieron que era suficiente, y que no quedaba otro camino que la independencia. Un buen grupo de patriotas (entre ellos Carrera y O'Higgins) decidieron exiliarse en Mendoza, en donde era gobernador don José de San Martín. Este favoreció inmediatamente a O'Higgins (muy probablemente por las conexiones de ambos con la Logia Lautaro, que trabajó a nivel hispanoamericano para obtener la independencia). El sino de Carrera iría cada vez peor, hasta que terminaría por ser fusilado en 1821.
Mientras San Martín y O'Higgins organizaban un ejército para cruzar los Andes y liberar Santiago, encargaron al abogado Manuel Rodríguez Erdoiza iniciar una serie de actividades guerrilleras que inquietaran a los españoles, pusieran en ridículo a San Bruno, y levantaran la moral patriota. De esta manera, Rodríguez se transformó en una suerte de héroe romántico de la independencia. Una de sus más celebradas hazañas fue disfrazarse de mendigo y obtener una moneda en caridad de parte del propio gobernador Marcó del Pont, quien había puesto precio a la cabeza de Rodríguez.
El Ejército Libertador estuvo preparado en 1817. Cruzando la cordillera por varios lugares distintos, éste se dejó caer sobre la llanura de Chacabuco, al norte de Santiago. En ella midieron sus fuerzas el patriota argentino San Martín, y el realista Rafael Maroto, quien sufrió una decisiva derrota (12 de febrero de 1817). La batalla permitió a los patriotas instalarse en Santiago. San Martín fue proclamado Director Supremo, pero éste declinó, y ubicó en su lugar a Bernardo O'Higgins, quien sería Director Supremo hasta 1823. En el primer aniversario de la batalla de Chacabuco, Bernardo O'Higgins proclamó la independencia propiamente tal (12 de febrero de 1818).


Patria Nueva


El nuevo virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela (1816-1821), resolvió recurrir a Mariano Osorio, enviándole con otra fuerza expedicionaria. Este desembarcó en Concepción, y reclutó ingentes cantidades de tropas. Mientras tanto, Bernardo O'Higgins se replegaba más al norte intentando frenar de alguna manera el avance de los realistas, siendo sorprendido y ampliamente derrotado en Cancha Rayada. En la confusión, corrió el rumor de que O'Higgins había muerto, y el pánico cundió entre los patriotas, muchos de los cuales se aprestaron incluso a volver a cruzar la Cordillera hacia Mendoza. En tales críticas circunstancias, Manuel Rodríguez arengó a la gente gritándoles: "¡Aún hay patria, ciudadanos!", y se nombró Director Supremo; duraría en el cargo exactamente 30 horas, que es el tiempo que O'Higgins empleó en regresar a Santiago y volver a hacerse del mando.


Lisiado después de Cancha Rayada, O'Higgins delegó el mando de las tropas patriotas en San Martín. Este las reunió en los llanos de Maipú, en las afueras de Santiago. En la batalla de Maipú, librada el 5 de abril de 1818, San Martín infligió una dura derrota a Osorio, quien optó por regresar a Concepción; los realistas ya no intentarían otra incursión a Santiago, con lo que la independencia quedaba asegurada. Después de la refriega, acudió O'Higgins a saludar a San Martín, como salvador de la patria, en lo que se conocería como el abrazo de Maipú.
En lo que respecta a asegurar la independencia, San Martín emprendió una serie de guerras contra las montoneras, grupos de bandoleros, realistas e indios que habían aprovechado el caos de las expediciones militares y los reclutamientos forzosos para dedicarse al pillaje y al saqueo. Esto se conoció como la guerra a muerte, porque ni las montoneras ni los soldados regulares tomaban prisioneros; una vez liquidada la banda de Vicente Benavides, el año 1822, quedó asegurada la pacificación de la región de Concepción.
Por otra parte, O'Higgins propició el desarrollo de la Primera escuadra nacional, para impedir nuevas expediciones españolas desde el Perú. Sería precisamente esta escuadra la que llevaría a la Expedición Libertadora del Perú. Para llenar la plaza de almirante, llamó al escocés Lord Thomas Cochrane. Este asestó un golpe decisivo a los realistas cuando, en 1820, se apoderó del Sistema de fuertes de Valdivia en la famosa Toma de Valdivia.
De todas maneras, San Martín y O'Higgins estaban de acuerdo en que no cesaría el peligro hasta que el propio Virreinato del Perú fuera independiente de España. De esta manera prepararon la Expedición Libertadora del Perú, con naves y soldados. San Martín y Cochrane fueron enviados al Perú en 1820. Sin embargo, el carácter confiado y audaz de Cochrane chocó con el exceso de prudencia de San Martín. Este dejó escapar varias oportunidades de asestarle el golpe definitivo al virrey, por lo que finalmente se entrevistó con Simón Bolívar (quien descendía desde Colombia), y se retiró del Perú; la independencia peruana quedaría completa después de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, librada por Sucre, un lugarteniente de Bolívar.
En la historiografía nacional se hace terminar la Patria Nueva en 1823, con la renuncia de O'Higgins. Sin embargo, el último territorio español en Chile, la isla de Chiloé, sería conquistada recién en 1826, durante el gobierno de Ramón Freire, sucesor de O'Higgins.

Thursday, October 26, 2006



La independencia de Chile


La independencia de Chile se produjo oficialmente el 12 de febrero de 1818. Sin embargo, el proceso independentista completo se prolongó más o menos entre los años 1808-1810, y 1818-1826, según qué hitos históricos se elijan para señalar su comienzo y final. Tradicionalmente se la divide en tres etapas: Patria Vieja, Restauración Absolutista o Reconquista y Patria Nueva.


Prolegómenos a la independencia de Chile


El año 1808, el Imperio Español vivía en un creciente estado de agitación. A Chile llegaron las noticias de la invasión napoleónica a España, y el cautiverio de Fernando VII. Paralelamente, asumía Francisco Antonio García Carrasco Díaz como gobernador de Chile. García Carrasco era hombre de modales toscos y carácter autoritario, razones ambas que le enajenaron la simpatía de la aristocracia criolla. Ya en Chile habían antecedentes de agitación independentista (concretamente el pintoresco motín de los Tres Antonios), pero parece ser que García Carrasco magnificó el problema, tomando diversas medidas arbitrarias, incluyendo el arresto de connotados ciudadanos y su remisión a Lima. Además, estuvo involucrado en un bullado caso de contrabando. Por todo lo anterior, comenzó la presión para que éste renunciara, lo que por fin se consiguió en 1810.
El militar más antiguo de Chile en esa época era Mateo de Toro y Zambrano, por lo que éste tomó interinamente el mando. Para ese momento, el movimiento juntista se había propagado fuertemente entre los criollos; es decir, se proponía reemplazar la gobernación española por una junta de notables que conservara el gobierno. Después de muchas vacilaciones, Toro y Zambrano accedió a convocar un cabildo abierto para todos los vecinos de Santiago, para el día 18 de septiembre de 1810, conocido como el día de la primera junta nacional de gobierno de Chile.


La Patria Vieja


En la sesión del 18 de septiembre, los juntistas gritaron a voz en cuello: "¡Junta queremos! ¡Junta queremos!". Inmediatamente empezaron las intrigas políticas entre los propios criollos; todo esto, mientras seguían las noticias de turbulencias políticas y bélicas en Europa. Se convocó al anciano Toro y Zambrano(a la sazón de 83 años) quien accedió y entregó el bastón ceremonial, agregando: "He aquí el bastón. Disponed de él y del mando". Comenzó de esta manera la Patria Vieja.
elecciones, para designar un Congreso Nacional el año 1811.

En la ocasión, el realista Tomás de Figueroa se sublevó, considerando que tal elección era antimonárquica, pero Figueroa fue apresado y fusilado sumariamente. El motín, instigado por la Real Audiencia de Santiago, sirvió de pretexto para disolver ésta, con lo que la gran institución monárquica desaparecía de raíz. La independencia se aceleraba.
Saboteada la elección por el motín de Figueroa, se convocó a otra para noviembre del mismo año. De esta manera entró en sesiones el Congreso Nacional. En éste obtuvo una amplia mayoría el movimiento de los moderados, que propugnaba una mayor autonomía de los criollos con respecto al Imperio español, sin llegar a la ruptura completa; los exaltados, que predicaban la independencia absoluta e instantánea, quedaron en minoría.


Mientras tanto, llegaba a Chile el joven (padre de la patria) José Miguel Carrera. Pronto, éste se vio involucrado en las intrigas de los exaltados para hacerse el poder por la vía armada. Dos golpes de estado, ambos a finales de 1811, entregaron a Carrera el poder. De esta manera comenzó el gobierno carrerino.
Durante ésta, se dictó el Reglamento Constitucional de 1812, de marcado carácter exaltado y liberalista. Un ejemplo de esto, es que se estipula que "ningún decreto [...] u orden que emane de cualquier autoridad o tribunal fuera del territorio de Chile tendrá efecto alguno, y los que intentaren darle valor serán castigados como reos de Estado". Carrera también emplea los primeros emblemas patrios, los cuales fueron la bandera, escudo y escarapela de la patria vieja. Durante el gobierno de Carrera, se crea la Aurora de Chile, el primer periódico chileno, en el cual su primer director, el fray Camilo Henríquez hizo circular las ideas independentistas.
José Miguel Carrera también es responsable de traer el primer cónsul estadounidense a nuestro terreno, Poinsett. Esto es importante, ya que establece un vínculo directo con el liberalismo y federalismo estadounidense desde los principios de la independencia Chilena.

Finalmente, a Carrera también se le atribuye haber fundado el Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional, ambas instituciones existentes y prestigiosas hasta hoy día.
El triunfo de los exaltados en Chile inquietó al virrey del Perú, José Fernando de Abascal y Sousa, Marqués de la Concordia (1806-1816), el cual envió una expedición militar a cargo del militar peninsular Antonio Pareja. Este desembarcó en Concepción, donde sus tropas fueron recibidas con aplausos. Comenzó la marcha realista hacia Santiago. Pareja fracasó en su empeño, y lo mismo ocurrió con la expedición comandada por Gabino Gaínza. Sin embargo, la desacertada conducción militar de Carrera le permitió a su rival, el moderado Bernardo O'Higgins, elevarse y pasar a tener el mando supremo de las fuerzas patriotas. Acosado por todas partes, Carrera debió renunciar, comenzando así el período de la Reconquista.
Aunque Gaínza fracasó, Abascal envió una tercera expedición militar en 1814, esta vez a cargo de Mariano Osorio. O'Higgins optó por defender la ciudad de Rancagua, mientras que Carrera deseaba defender el paso de Angostura, más estrecho, pero también más cercano a Santiago. Las desaveniencias entre ambos obligaron a O'Higgins a batirse en solitario con los realistas de Osorio, debiendo escapar a toda velocidad de la ciudad, en lo que se llamó el desastre de Rancagua (1 al 2 de octubre de 1814).